10.12.11

Historia de un recuerdo

Cuando era chica mi papá me leía el Eternauta… para ser sincera no entendía mucho de que se trataba, hacia un esfuerzo para recordar los personajes, nada más que para que él no pensara que no me interesaba; lo que a mí me gustaba era que a él le gustaba y lo compartía conmigo… después, durante la adolescencia, inundada por un mar de pavadas,  me olvidé de esas tardes de lectura.
Cuando empecé el profesorado de historia se inició la tradición de ir a la feria del libro, de recorrer librerías todo el tiempo, con $10 o con un sueldo completo, más que comprar la idea era saber que se publicaba. Tenía un profesor que decía que lo importante es saber todo lo que hay a nuestra disposición para poder que elegir cuando se plantea una necesidad… así, distraída y buscando todo en nada,  una tarde me reencontré con una historieta, un trazo, un personaje que me llevaron de golpe a mi niñez… pero lo que encontré superó mi recuerdo.
Se volvió imprescindible, entonces para mí, entender y me puse a buscar, le pedí a mi papá las revistas (todavía las tenía!!) y busque información sobre  Héctor Oesterheld y Francisco Solano López, traté de completar las tiras y tuve que completar la historia…
Un hombre que viaja por la eternidad (eso es un Eternauta), pero a la vez un hombre que vivía en  Vicente López… acá cerca, un hombre común, con familia, con amigos, un hombre que se juntó con esos amigos una noche y su vida cambió…una nevada que arrasaba con la vida, la búsqueda de los sobrevivientes, la necesidad de salvar a su familia, héroes anónimos que daban su vida por los otros…en un segundo otra vuelta de timón, una nave que lo trasportó a él a una dimensión paralela y quizá a una diferente a su hija y su esposa… y el comienzo de la búsqueda, Juan debe encontrar a Elena y a Martita…el viaje y la historia
El Eternauta tuvo diferentes etapas, etapas donde fue sólo una historieta, etapas con dibujantes alternativos, etapas donde el compromiso político de Oesterheld  se coló en el discurso de Juan Salvo y la denuncia apareció en los trazos del lápiz…
Héctor  Oesterheld  así como sus cuatros hijas, así como miles de argentinos es un desaparecido, asesinado en algún lugar, en algún momento de 1978, Juan Salvo huérfano de su creador pero sobreviviente, sigue desde tantas ediciones y reediciones de su historia, recorriendo la eternidad. 


...ésta es una obra de Piazzolla, homenaje a Hector Oesterheld

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