27.11.11

Historia de una Frase (3)


"París bien vale una misa..." dijo Enrique de Borbon, y en los días finales de julio de 1593 se convirtió al catolisismo...y así en rey de Francia...

Había sido criado como protestante calvinista, y en esa fe fundaba sus creencias cuando presionado por las muertes de sus antecesores y por miembros de otras monarquías europeas, como el rey de España como Felipe II, se declaró católico en búsqueda de la pacificación del territorio galo y la corona...
Gobernó Francia entre 1589 y 1610, los primeros 4 años de su reinado, sólo los hugonotes lo reconocieron eso le impedía gobernar, frente a esta situación se declaró católico tranquilizando el animo parisino... 
Fue conocido como Enrique el grande o Enrique el Buen rey...a través del Edicto de Nantes logro la tolerancia religiosas y así, lentamente, pacifico Francia.

Sin embargo, no es su reinado sino su llegada al poder lo que me llevó a pensar... París no siempre vale una misa, lo que queremos lograr, muchas veces no vale la renuncia a nuestras convicciones o creencias y si es así,  si para llegar a un lugar, a una persona, a un puesto, a un reconocimiento tenemos que renunciar a parte de nuestra esencia, a nuestro ethos...si ya no somos nosotros al llegar... valdrá la pena?


18.11.11

Historia de un amor

No se habían visto nunca así cara a cara, sin embargo estaban destinados a encontrarse... habían tenido paciencia, habían sido malqueridos, maltratados y a pesar de eso habían seguido esperando ese amor que salva, que hace creer que la vida tiene sentido...
Ella tenía cerca de 25  años y él muchos más, ella tenía una historia de abandono, violencia y desprecio que le pesaba en el corazón, él había nacido en los arrabales, mezcla de aborigen, criollo e inmigrante, gaucho y porteño, un poco compadrito, un poco inocente, un poco chucaro...
Su encuentro no fue producto de la casualidad, su encuentro fue producto del destino, desde la desgracia de San Juan en el 44, ella se hizo más conocida, su vida se volvió más publica y entonces él la reconoció…parecía que la esperaba desde siempre, que tanta exclusión se aliviaba con un abrazo suyo…y así de a poco se fueron conociendo...y así de a poco se fueron enamorando…
Ella reconoció en miles de miradas su propia historia, sus propios sueños,  y él sintió que le hablaban, por fin, de igual a igual...
Como si conociera su destino ella le dedicó días y noches, rabiosamente, sin descanso, como si tuviera miedo que el tiempo no le alcanzara para reparar tanta cosa injusta, ocho años de su vida, sus últimos ocho años fueron para Perón y para él…
     y entonces, el pueblo, le devolvió ese amor multiplicado por mil, 
                                         y la hizo eterna...









Historia de un Héroe

Estudiar historia me puso a salvo del olvido, me mostró que la vida de un hombre es nada sin la vida de otros, que desde el anonimato lo secundan, me contó de grandes hombres y mujeres, me hizo ver con otros ojos (ojos que necesitan entender antes que juzgar).   Mi forma de ser, de mirar el mundo y de actuar está definida por la historia…
Sin embargo, si algo tendría para reprocharle a la historia es esa sensación de desconfianza que durante algún tiempo dejo en mí, al saber cómo la voluntad de algunos hombres había generado un relato del pasado  nacional donde los mediocres  triunfaban y se convertían en héroes. Si asesinos, elitistas, hombres que no veían más allá de su nariz y de sus miles de hectáreas, hombres que soñaban con que el rio de la plata no se parezca al rio de la plata…si esos hombres eran los héroes, entonces tenía que resignarme a no usar esa palabra…

Pero un día, también gracias a la historia, me encontré frente a un hombre gigante de estatura pequeña, un hombre que torció el rumbo de la historia de un país  y sembró una semilla que florecería casi 60 años después…un hombre que soñó su país libre y no llegó a ver la magnitud de su sueño…ese hombre, José Martí, me enseñó que ser un héroe era otra cosa, y mejor aún, me enseñó que era posible…

Una mañana de calor en la plaza de La Habana compré un libro, me había recibido de profe de historia hacia muy poco pero todavía me faltaba aprender esas cosas que los años te muestran más allá de las letras. Había leído sobre José Martí, lo había estudiado pero evidentemente todavía no había entendido…así, desprevenida, elegí un libro al azar , La edad de oro, me senté en un banco frente a la catedral y lo hojeé…
Cuatro horas después lo había leído completo, así, de corrido, casi sin darme cuenta,  y levanté la mirada del libro y vi un montón de cosas por primera vez, como quien mira con ojos nuevos…y entendí que el sueño de Martí seguía vivo en esa isla, en esa gente…

Entre todas las cosas que leí ese día en ese libro, estaba un relato sorprendente sobre tres hombres de nuestra américa, tres padres de pueblos americanos, San Martín, Bolívar e Hidalgo…Tres héroes… y por primera vez entendí qué era un héroe o por lo menos qué héroes quería yo para mi vida, para mi historia, para la historia.